¿Qué hacer con el Esequivo?
Gregorio J. Pérez Almeida
01/08/2015
En primer lugar,
aclaremos que el señor David Granger, por muy estudiado que sea, es un malandro,
instruido en la Escuela de las Américas, de poca talla al que le pagaron los
gringos para que se pusiera una “paja” en un hombro y le gritara a Nicolás ¡A
que no me la tumbas, guevón! Y si Nicolás no le hace caso a la primera
provocación debe gritarle ¡Ayer me pegué a tu novia! Y si no cae en la segunda,
entonces gritará ¡Tu mamá es una zorra! Y así seguirá el malandro hasta que
logre su objetivo de hacer que Nicolás le de un empujón o una cachetada… para que venga su hermano mayor con la pandilla.
Luego de esta aclaratoria callejera, respondamos la pregunta.
1) Las posibles fuentes de divisas que están en la zona
esequiva no tienen peso activo en nuestra economía. Ni el gas ni el petróleo ni
ningún otro mineral o hidrocarburo, estratégico o no, que ahí se encuentre
forma parte de nuestra planificación nacional en el presente ni el futuro mediato
mucho menos el inmediato. Nunca hemos necesitado de ellos para sobrevivir. Todos
los yacimientos de gas, petróleo, oro, plata, etc., que podemos explotar
soberanamente están en nuestro legítimo y reconocido, histórica y mundialmente,
territorio nacional terrestre y marítimo. Los de petróleo y gas están en la Faja
del Orinoco, por ejemplo, uno de gas, dicen que el más grande del mundo, lo
explota PDVSA con REPSOL, la petrolera española. Y así podríamos seguir
enumerando las asociaciones estratégicas del Estado venezolano con casi todas las
empresas petroleras nacionales y privadas del mundo en la explotación de dicha
faja de la que, por cierto fue excluida la Exxon Mobil ¡Qué arrecheara!
2) Debido al derrame de petróleo en el mercado mundial
provocado por el fracking, la Exxon registró una reducción del 50% de sus
ganancias en el segundo trimestre de 2015, por lo que no debe estar dispuesta a
invertir en exploraciones con futuro incierto, sobre todo sabiendo que puede
volver a perder con Venezuela en otro litigio internacional. De hecho ya retiró
su barco explorador de las aguas marinas del Esequivo.
Descartadas
las motivaciones económicas, nos quedan las geopolíticas que trascienden la
disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequivo y se insertan en la disputa
mundial por el control de los espacios económicos, sus recursos y mercados,
entre las grandes potencias emergentes, China y Rusia, y las viejas potencias
de Europa y Estados Unidos (EU).
3) Ya no es secreto para nadie que EU ha perdido mucho
terreno en los mercados europeos y euroasiáticos ante el avance de China y
Rusia en esas zonas. Lo demuestra el fracasado intento de bloquear
económicamente a Rusia por parte de la Unión Europea con motivo de la guerra en
Ucrania. Parece que les salió el tiro por la culata y la respuesta es el
fortalecimiento del poder binacional o bilateral de Rusia y China que ya tienen
un banco que competirá con el FMI y, además, –no cualquier “además”- se
vislumbra el surgimiento de otra(s) moneda(s) de referencia internacional que
competirían con el Dólar yanki y desvalorizarían al Euro, y en cuyo intercambio
se pueden incluir América Latina y el Caribe.
4) Esta realidad hace que EU desespere por recuperar su presencia
en América Latina y el Caribe que ha disminuido por el avance de “la espada de
Bolívar” luego del triunfo de la revolución bolivariana en Venezuela, bajo el
liderazgo del Comandante Hugo Chávez Frías, que asumió como precepto de la era post
Unión Soviética, la consolidación de un mundo multipolar en el que los BRICS
son componentes determinantes. Y su desespero tiene cara de guerra y cuerpo de
violencia, por eso el malandrín de Granger y su actitud exageradamente
provocadora y ofensiva, fuera de los parámetros normales de la confrontación
diplomática moderna. Ni el malandro mayor de Uribe se atrevió a tanto contra
Chávez. Claro, hay que reconocer que existe una diferencia evidente entre un
capo mafioso y un simple peón del imperio que es utilizado para crear una
crisis internacional por un diferendo territorial que nunca existió con
Colombia. O sea, que a Granger se la pusieron bombita.
5) La guerra entre Venezuela y Guyana es una carta que se
juega EU para recuperar sus espacios económicos perdidos en Suramérica, porque
la existencia de la UNASUR y la CELAC le impiden que lo hagan por medio de
golpes de Estado como han hecho en Centroamérica. Ayer lo dijo el Presidente Nicolás Maduro, EU no
da golpes de Estado en Suramérica porque no puede y no porque no quiere.
6) Hay que estar moscas porque deben estar cocinando
acciones violentas en territorio guyanés con fuerzas mercenarias que utilizarán
uniforme militar venezolano para desencadenar el conflicto armado que rompería
con la integración suramericana y caribeña liderizada por Venezuela y permitiría
a fuerzas militares estadounidenses posicionarse en el Delta del Orinoco y de
ahí al corazón de la faja petrolífera hay un salto de rana. Cuando las Malvinas,
EU no activó, como debía, el TIAR para apoyar a Argentina, entonces no es desatinado
pensar que en caso de una guerra entre Venezuela y Guyana, el Reino Unido no
intervenga para defender a su ex colonia. Al fin y al cabo el fondo del asunto
no es la ocupación territorial sino el negocio petrolero, es decir, económico
(como lo demuestra el caso de Libia) y eso no se negocia en combate sino en
oficinas con aire acondicionado. Al combate van los pendejos ¿no han visto la
película “leones por corderos”?
¿Qué hacer con Guyana? Lo que se viene haciendo. Hacia
fuera: utilizar los mecanismos diplomáticos, el diálogo directo y la mediación
internacional. Dejar a Granger en su show, porque ¿cuánto tiempo puede estar un
malandro gritando en el medio de una plaza sin que nadie le pare pelotas? Hacia
dentro: seguir profundizando en la cohesión y unidad nacional en torno del
proyecto bolivariano de soberanía e independencia para ampliar la base social
del gobierno que nos permita ganar holgadamente las elecciones parlamentarias y
las que vengan. Así de simple y “electorero” es mi cálculo, porque nuestra
revolución se mantiene con los votos y éstos los tenemos que lograr no a través
de ofertas demagógicas ni de chovinismos trasnochados, sino mediante procesos
de concientización popular del ser nacional y este incidente con Guyana, es una
de esas oportunidades estelares que nuestros enemigos nos brindan para hacerlo.
Y a “mister grangena” hay que dejarlo con sus dreadslos
hechos y soñando que pasará a la historia oficiosa, made in usa, como el David guyanés que se enfrentó al Goliat
venezolano… ¡pendejo te dije ya!