lunes, 11 de abril de 2011

"Tabu vs Placer Femenina"

creó el documento "Tabu vs Placer Femenina"
Glemmy Rodriguez creó el documento "Tabu vs Placer Femenina"

La masturbación, masculina como la femenina, es la estimulación de los órganos genitales con el objeto de obtener placer sexual, pudiendo llegar o no al orgasmo. El verbo "masturbar" hace referencia a la práctica de la masturbación, generalmente se entiende que se trata de una práctica sexual hacia uno mismo.[1]
Suele afirmarse que los hombres se masturban con una frecuencia semanal que es el doble de veces la de las mujeres. Pero existen investigaciones que demuestran que los hombres mienten sistemáticamente en las encuestas sexuales exagerando la frecuencia con la que acuden al autoerotismo, mientras que las mujeres mienten en sentido contrario, minimizando la frecuencia (es típica la respuesta femenina de hacerlo una vez al mes). Si corregimos las afirmaciones de unos y otros, como han realizado algunas investigaciones serias, los datos tienden a converger: así, hombres y mujeres se masturban con una frecuencia similar.[[2]
Tampoco es cierto que los hombres se inicien en la masturbación antes que las mujeres por tener un órgano sexual tan "evidente" y que tienen que tocarse a diario por razones fisiológicas e higiénicas. [3] En el caso de la masturbación femenina también, pues, creían, si las mujeres se masturbaban podrían alejarse de los hombres por preferir auto complacerse.

EN LA HISTORIA:

En la época paleolítica y neolítica, las mujeres vivíamos una sexualidad distinta, abierta, plena donde ser realizaban cultos orgiásticos por el hecho de que en los ritos estaban presentes falos llevados por las sacerdotisas Fallóforas y también se realizarían con esculturas hermafroditas (femeninas con extremidades o torso paraboloide), que por el tamaño y forma evidencian que serían usados en rituales orgiásticos.
Según afirma Cristina Frade: “La masturbación (femenina) está ampliamente documentada como ritual religioso en textos sumerios y del antiguo Egipto…”. “… en algunos casos, como el de los «bastones» fálicos encontrados en numerosos yacimientos, la similitud de forma y tamaño con los vibradores actuales es tan asombrosa que sería poco sincero interpretar  para que fueron utilizados.
Con la autoestimulación femenina, se pretendía mágicamente aumentar la Fertilidad de la Naturaleza y así dar gracias a las Diosas,  de que las mujeres quedaran embarazadas. Estas prácticas sagradas evidencian la alta potenciación de la sexualidad que se realizaba en culturas matriarcales y la libertad sexual que gozaba la mujer. Prácticas que perduraron aún a principios de la época histórica, cuando empezaron a ser reprobados por ser considerados como misterios sospechosos y actos  abominables.
La existencia de libertad femenina en las sociedades matrilineales,[4] constata el hecho de que fue la implementación de la familia patriarcal, la causante de la pérdida de libertad sexual femenina. La conducta sexual no ha sido determinada genéticamente, sino por la cultura. La conducta sexual que tienen las personas pertenecientes a cada género en una civilización y en una época determinada, independientemente de que tengan un fundamento biológico, congénito, es cultural y aunque descansa sobre los instintos es resultado de un condicionamiento social.
La conducta sexual femenina en los últimos 2.000 años de nuestra cultura occidental, ha sido modelada a partir de la que se consideró adecuada, en las regiones donde se impuso la cultura patriarcal y machista griega (sobre la que se ha cimentado nuestra actual civilización patriarcal, que arranca de ella y es el origen de que seamos de esta manera), cuando se introdujeron normas morales por las que regir su conducta, tras la exigencia de guardar fidelidad dentro del matrimonio, para evitar el adulterio, a partir de la instauración del matrimonio.
Con la modificación de la sociedad hacia los valores judeocristianos, aún más machistas que los de la tradición griega, en su deseo de subordinar aún más a la mujer, los patriarcas religiosos, además de no permitir el adulterio femenino (Mt 19: 19) y al considerar ¡el placer sexual pecado!, empezaron a reprimir la sexualidad femenina, y negó a las mujeres el derecho al placer sin finalidad procreadora, prohibiendo las prácticas autoestimulatorias como también el sexo antes del matrimonio, introdujeron el ideal de la virginidad, con la exigencia femenina de convertirse en un ser espiritual y atenerse al ideal de mujer pura y guardadora del hogar familiar.
Asignándole el rol de pilar básico en la sociedad, elevándola a la categoría de madre-mística-pura, que había de guardar normas morales, no tuvo más remedio que aceptar y someterse a la imposición y exigencia.
Continuara…..

Recopilación y análisis: GLEMMY RODRIGUEZ